Retrato
25. julio 2017
Zpět na blogEl retrato es uno de los géneros más antiguos del arte comercial. A lo largo de los siglos, siempre ha habido personas adineradas que deseaban que su imagen —y la de sus seres queridos— viviera eternamente sobre el lienzo. El retrato sigue ciertas reglas que deben cumplirse para lograr una obra verdaderamente exitosa.
Parecido
Para crear un retrato de calidad, es fundamental representar el rostro con realismo y captar la fisionomía de la persona. Muchos retratistas fallan en este punto: el rostro no está bien resuelto, pero aun así lo entregan al cliente. El parecido es clave.
Dominio técnico
Luz y sombra, anatomía, perspectiva… Todos los conocimientos que permiten representar el mundo de forma creíble. Un artista preparado debe dominar estos fundamentos.
Belleza
Armonía en el color, proporciones, vestimenta, entorno, y una comprensión estética de los elementos que rodean al personaje. Todo esto influye en el resultado final.
Alma
Es lo más importante. Un retrato no será auténtico ni artístico si no logra capturar el alma, el carácter, las expresiones y singularidades del modelo. Un buen retratista actúa como traductor: con su talento, fija el alma sobre el lienzo como si atrapara una mariposa. Incluso cien años después, el espectador entenderá la esencia de la persona representada.
Los grandes fotógrafos hacen lo mismo: observan al modelo durante horas en el estudio hasta captar su verdadero ser. Se necesita talento. Uno puede ser un gran pintor, pero eso no garantiza que el retrato sea su medio ideal.
Innovación / Estilo contemporáneo
Un buen retrato también debe reflejar el espíritu de su época, tanto en la técnica pictórica como en los elementos del entorno —vestimenta, mobiliario, gestos—. Así, el arte permanece vivo y relevante.