El cuadro de Gustav Klimt: «El beso»
9. julio 2017
Zpět na blogLa obra “El beso” de Gustav Klimt, considerada una de las joyas del modernismo temprano, puede parecer a primera vista simplemente una representación de pasión y amor. Pero detrás de esta escena aparentemente sencilla se esconden numerosos datos fascinantes.
Inspirado por los mosaicos bizantinos que conoció durante sus viajes, Klimt comenzó a mezclar pan de oro con pintura al óleo —una técnica que se convertiría en su sello distintivo.
Curiosamente, este cuadro nació durante una profunda crisis creativa. En una carta de 1907, Klimt escribió:
“O estoy demasiado viejo, o demasiado nervioso, o demasiado estúpido, pero algo no va bien.”
Y sin embargo, fue precisamente en ese periodo cuando pintó la obra que le traería una enorme popularidad.
En 1908, “El beso” se expuso por primera vez en una galería de arte austriaca, aunque Klimt nunca llegó a terminarlo por completo. Aun así, la obra fue adquirida por la Galería Belvedere.
¿Cómo se compra una obra que ni siquiera está terminada? Solo si es una oferta imposible de rechazar. La galería Belvedere pagó unas 25 mil coronas de la época (lo que equivaldría hoy a unos 240.000 dólares), en un momento en que el precio medio por una pintura en Austria era de solo 500 coronas.